"Se busca saltador español de gran altura. Razón: Mundial de
Barcelona, del 19 de julio al 4 de agosto". A la Real Federación
Española de Natación (RFEN) y al comité organizador del evento sólo le
falta poner un anuncio de este tipo en el diario para encontrar un
saltador que participe en la prueba de 27 metros de altura que se
celebrará por primera vez en unos Mundiales.
Lanzarse desde 27 metros de altura, al margen de una
valentía, requiere una técnica determinada, sólo para especialistas.
"Hay que entrar obligatoriamente de pie y con la cabeza en una posición
porque si no pueden producirse lesiones importantes. La fuerza de la
caída es muy grande. Por poner un ejemplo. Los saltadores de diez metros
pueden alcanzar los 60 o 70 kilómetros por hora. Y estos son de 27",
reitera Fontanals. De los clasificados hay participantes de Francia,
México, Luxemburgo, Estados Unidos, Gran Bretaña, Polonia, Ucrania y
Chequia.
Faltan chicas. En categoría femenina,
cuyo salto es de 18 metros, la competición corre peligro. El Mundial
necesita al menos seis inscritas y por el momento no se ha alcanzado esa
cifra.
Las espectaculares pruebas se podrán disfrutar en el Moll
de la Fusta (Barcelona) los días 29, 30 y 31 de julio. Esta prueba será
embrionaria en este Mundial, pero a partir de entonces se añadirá al
calendario habitual y eso provocará que aumenten los practicantes.