martes, 19 de abril de 2016

El placer de sentir

    Quisiera explicar el gusto de practicar natación, carrera a pie o bicicleta, y sobre todo, me encantaría que me entendieran porqué me sacrifico haciéndolo a diario como si me fuera la vida en ello a pesar de mi edad, costo, responsabilidades habituales y mil sin sabores que he tenido. Para ello voy a describir mi entrenamiento de natación que hice ayer.

Resultado de imagen de sensacion    Ayer, fue un lunes normal como otro cualquiera que, al finalizar mi jornada de currela me dirijo a la piscina para seguir con mi loca planificación de entrenos. El primer entrenamiento de la semana (lunes) siempre es raro o especial porque paso casi tres días sin nadar y, no sé como me voy a encontrar dentro del agua y que sensaciones voy a tener al bracear. Así que me decanto por empezar nadando, un tópico, 800 metros muy fácil y cómodo donde varío estilos para calentar todas las articulaciones, y sentir como estoy para realizar la parte principal de la sesión. Ya haciendo el calentamiento siento que hoy puedo exprimirme bien y, realizar algo que tenga en la mente que sea exigente porque noto que mis piernas y brazos van de lujo. 

    Por lo que empiezo a darle rápidamente a la cabeza, esto me sucede por querer ser innovador y entrenador de mí mismo, para buscar un ejercicio que me suponga un esfuerzo y un reto a la vez... BIIIIINGO, ya he pensado y era algo que lo tenía en la recámara para cuando estuviera motivado. El ejercicio consiste en nadar 800 metros- descansar 30 segundos, después 600 mts - descansar 30 segundos, 400 mts - descansar 30 segundos y, terminar con 200 mts. Me parece el día perfecto para plantearme este pequeño reto con mis tiempos límites para hacerlo todavía más intenso.

    Así que con la aguja del reloj en lo más alto, 0, comienzo a nadar convencido de que puedo hacer los 800 metros en 10 min sin problema alguno. Al paso de los primeros 100 mts, veo en el cronómetro que voy en tiempo de conseguirlo, siendo consciente que queda mucho, pero las sensaciones que tengo nadando son espectaculares, y me vengo arriba de moral como si me hubieran enchufado una inyección de positividad y confianza. Sigo nadando fijándome por el cronómetro mis pasos por el 200, 300, 400...600 y son mucho mejores de lo que tenía planificado, pero realmente lo que me está haciendo disfrutar como un chiquillo es la sensación de nadar. Hoy tengo esa sensación de ir deslizándome con brazadas muy largas y efectivas sin notar el cansancio. Es tanto el subidón del momento que me planteo dejar los 800, que tenía pensado, y continuar hasta los 2 kms del tirón, pero en un ataque de seriedad y en una breve conversación conmigo mismo mientras voy nadando, me digo que me tengo que ceñir a lo marcado.

     Mi tiempo final es mejor de lo pensado pero, me da igual porque, lo que me hace sentir realmente bien es la jodida sensación de disfrute que he tenido durante esos 800 metros donde he sentido que mi alrededor no existía y, hasta me he olvidado de los percances del trabajo. Sólo era capaz de pensar en lo que estaba haciendo. No tenía nada más en la cabeza que la dinámica del movimiento del brazo y los batidos de pies que llevaba. 

    Esta sensación es única y, me hace sentir un afortunado porque me despierta a ese pequeño Peter Pan que tenemos dentro de nosotros adormilado.

   

   

    

viernes, 1 de abril de 2016

El noble arte del Furrambulista

    Siguiendo con las anteriores historias de mi reenganche al deporte, quería seguir con la serie de porqué ahora he vuelto con ganas e ilusión. En la última entrada al blog, hablé de como quiero descubrir por mí mismo ese camino de entrenarme con todos mis conocimientos y experiencia adquirida en mi época como nadador. Y, hoy pretendo tratar de porqué se ha dado el momento exacto para ese descubrimiento.

Resultado de imagen de the walk    Partiendo de mi forma de pensar que las cosas ocurren,"por algo" en un determinado momento. Tuve la suerte la semana pasada de toparme con la película "The Walk" que traducida al español es: "El Desafío". Toma yaaaa. Que viva España. Después de un tiempo intentando conseguirla, un buen amigo me la grabó por iniciativa propia y con especial hincapié a que la viera, así que mi forma de pensar que "las cosas ocurren por algo" sigue más vivo que nunca. La trama de la película trata de como Philippe Petit (un funámbulista) cumple su sueño de cruzar las torres gemelas de NY por su milimétrico alambre de acero.

    Lo que admiro de esta persona o profesión es como consiguen mantener el equilibrio por algo tan milimétrico jugándose la vida y riéndose de ella de una forma tan libre y pura, que parece que es un juego. Mi admiración es mayor hacia este gremio por ver como con su EQUILIBRIO son capaces de alcanzar sus sueños y, yo en cambio sin hacer algo tan crucial por mi pellejo no llego a obtener ese plus de"equilibrado".

    Me ha costado más de 18 meses volver a engancharme a algo tan vivo y único como fue el sueño del Ironman en 2014, pero creo que por fín de muchísimos años, erre que erre y tropezándome siempre con mis miedos, he conseguido entender ese término fantástico llamado equilibrio, y poder aplicarlo en mi camino, que ya ha empezado, con un extra en seguridad, valentía, decisión y confianza para solventar esos momentos de dudas, superar esos bajones de ánimos y convivir con esas malditas lesiones que no me dejaban disfrutar del día a día de mi tesoro más brillante (Catalina).