domingo, 27 de julio de 2014

El Semanal

    Volvemos a la rutina de entrenamientos después de la semana transitoria al medio ironman de Riaño. El cansancio del Half  se ha esfumado por completo y, ya estoy, otra vez, con la pilas nuevas cargadas para seguir guerreando. 
    Esta semana ha sido un sin parar de batallas encima de la bicicleta. Han sido más de 350 kilómetros con terreno montañoso, series a pulso alto y, de un dolor en el culete por el sillín que molesta una pizquito, jeje. Me siento muy orgulloso de haber podido responder tan bien en las cuatro sesiones.
     En la natación, una vez más y ya por enésima, me he vuelto a exprimir y a vaciar en la piscina. Es duro ir a entrenar sin compañia y, a veces se me hace monótono pero van saliendo buenos tiempos.
     La noticia mala de la semana ha sido que sólo he podido salir a correr 45 minutos por problemas en la espalda. No es mucho lo que he corrido pero... así vienen las cosas.

    Natación: 14.200 metros de natación repartidos en 4 sesiones de piscina (todavía recuerdo las series de 100 progresivas).
     Bicicleta: 354 kilómetros en 4 salidas (tengo que comprarme otras piernas).
     Carrera: 45 minutos en un solo día (al menos seguimos sumando que es lo que cuenta)
     

miércoles, 23 de julio de 2014

Ecuador

    Pasado el ecuador de la planning no es el momento adecuado para hacer valoraciones porque todavía resta más de 9 semanas para el día D, y es al final del camino cuando hay que sacar las conclusiones finales que son a la postre las reales. De momento este primer tramo me ha servido para concretar mi rutina semanal de entrenos de las tres especialidades con natación cuatro sesiones, bicicleta otras tantas y carrera a pie sólo dos. El sistema no es nada científico, ni moderno pero me está dando los frutos que yo quería, continuidad.

    Lo más difícil que yo veía antes de empezar este reto, sin contar los 180 kilómetros, era encauzar los meses de preparación sin ningún tipo de inconveniente físico que me frenara y me mandara a la enfermería un tiempo largo. Así que, una vez, encontrado un método que me haya servido para terminar dos triatlones exigentes como el de Palma y Riaño, no debería de cambiar nada porque mi éxito está en la continuidad que nunca tuve antes.

    Es cierto que la siguiente prueba es el IRONMAN y para ello, igual, habría que entrenar más, pero también corro el peligro de sobre entrenar o sobrecargar mis piernas mas de lo debido y romper el cuento tan fabuloso de la continuidad. Esta tesitura la voy a resolver con el mismo número de sesiones, por disciplina, pero incrementado un poco más de trabajo en ellas en Agosto, que sería el mes de acumulación, para después pasar a las últimas cuatro semanas de compensación o tapering.

    En el deporte no existe el sistema matemático perfecto que te resuelve una ecuación, que en este caso sería una preparación, y menos si el profesor que te lo quiere explicar soy yo. Así que, para la gran ecuación, me amparo en el razonamiento básico y fundamental que dice: no toques nada si funciona

   

   









domingo, 20 de julio de 2014

El Semanal

    Después de conseguir finalizar mi primer medio ironman, he necesitado un par de días de desintoxicación deportiva para volver a los entrenos recuperado física y mentalmente. Solo han sido dos días de relax que los he aprovechado para hacer más vida social y ociosa ( por ejemplo playa o trasnochar un poquito) con la finalidad de recargar pilas nuevas que tuvieran la misma ilusión que las de ahora.

     Además, después de alcanzar un objetivo marcado lo mas normal es parar de entrenar para darle vidilla al cuerpo y, que se regenere por sí solo sin darle más caña de la cuenta. Por lo que, finalmente, ha sido una semana transitoria de poco volumen para no perder lo ganado hasta ahora.

    Natación: 8.500 metros de natación repartidos en 3 sesiones de piscina (pocos pero muy buenos metros)
    Bicicleta: 260 kilómetros en tres salidas (todavía no me creo que haya tenido tan buenas piernas esta semana)
    Carrera: 45 minutos en un solo día (que malas sensaciones corriendo, buff)

miércoles, 16 de julio de 2014

Mi Primer Medio Ironman

    Todo objetivo tiene unos días que nos sirve para evaluar si el camino que estamos llevando es el correcto o, si hay que hacer alguna modificación para paliar las carencias y defectos encontradas si se quiere llegar con éxito a la meta marcada. Para mí este día marcado en el calendario fue el sábado 12 de Julio en Riaño, provincia de León, donde iba a estrenarme en la distancia medio ironman.

    En mi primera aventura en un Half me acompañaba, mi amigo, Campillo al que le debo un millón de gracias por la función que representó de Cicerone y de maestro en las horas previas a la prueba. Recuerdo de muy buen agrado la pequeña charlita (monólogo porque yo sólo afirmaba con la cabeza) que mantuvimos mientras calentábamos en bici y, que me sirvió para quitarme esa pequeña presión auto impuesta y ver el triatlón como lo que el me dijo: "no tener miedo a la distancia porque es una buena oportunidad para saber lo que me espera en el Ironman" Me recalcó varias veces que nadará rápido que es mi especialidad para sacar ventaja, que en la bicicleta no me olvidara de comer y beber porque sino.. y en la carrera a pie que fuera valiente y no me reservara nada. Igual no parecen unas palabras muy tranquilizadoras porque sólo se habla de sacrificio y esfuerzo, pero viniendo de Campillo no puede ser un mal consejo. Ahhh, me olvidaba de resaltar la frase más cómica: "Disfruta", todo un cachondo, este tipo, pero quedó bien, jejejeje.

     Con los consejos del míster en la mente y con cara de tensión, por ser consciente a lo que me enfrento, arranco mi primer medio sabiendo que tengo que aprovechar mi gran sector para desmarcarme de los demás. Es así que a la primera boya de 150 metros llego primero y ya con ganas de alcanzar la siguiente. Siento que voy rápido, nadando con buen estilo y frecuencia. Al empezar la segunda vuelta del circuito acuático bajo el ritmo porque no quiero quemar todos los cartuchos y me centro en un nado más amplio y económico. A los 20 minutos salgo del agua para hacer la primera transición que no es nada buena porque duro bastante en quitarme el neopreno y, encima en el momento de despojarme de el sufro un tirón en el gemelo. Por dios!!!!! Gracias a que sólo fue un sustito momentáneo y que se esfumó nada más subirme a la bicicleta

    El sector de bici constaba de 86 kilómetros en un recorrido de falsos llanos que teníamos que recorrerlo tres veces. Recuerdo que los primeros kilómetros fueron duros porque tenía frío y las piernas entumecidas por lo que prefiero ir al principio con poco desarrollo para entrar en calor. Hasta el primer punto de giro que era en bajada y con falsos llanos no consigo acoplarme del todo y voy regulando mucho el cambio para buscar un ritmo adecuado, y es cuando la carretera se pone más complicada, cuesta arriba, cuando consigo encontrar esa pedaleada feliz. Felicidad efímera que me la borra Barroso en menos de 16 kilómetros dándome alcance. Este momento de ser rebasado, no es fácil, pero ya lo tengo más que aprendido y superado porque sé cual es mi nivel y también sé que queda mucha carrera para desanimarme. Van pasando los kilómetros y en el 40, Campillo, puto Campillo, no se le ocurre otra cosa que animarme a chillidos al pasar a mi lado, cuando me adelantaba, que me desconcentra tanto que estoy a punto de chocar con el lateral. Al parecer quería decirme: COME Y BEBE, vaya susto me pegué. Sin mucho sufrimiento y buena cara alcanzo la mitad del sector y, es aquí donde mejores recuerdos tengo por una pequeña lucha librada con un chico que iba con una rueda lenticular. La lucha la perdí y se me escapó, el pibe, pero fueron unos 25 minutos de mutuos adelantamientos que me alzó la adrenalina y me mantuvo en carrera con los cinco sentidos. La última vuelta se me hace bastante amena y, me pongo por objetivo que nadie más me adelante. Un poco iluso porque al final dieron conmigo tres más.

    Después de 2 horas 29 minutos, con una media de 35 kms /h, para mi nivel es un gran parcial que me refuerza positivamente para luchar en la carrera pie, enfilo la última transición que es peor, incluso, que la primera porque se me queda una cala en la bici y la otra no, por lo que tuve que correr hasta boxes con una zapatilla, vaya liada. Lo que mal empieza, mal termina porque no sólo me lío al entrar en boxes sino que no encuentro mi hueco para dejar la bici y, además, el gps del reloj no encuentra señal, pero todos estos inconvenientes se disipan nada mas adelantar al primer chico saliendo de la transición. No sé como explicarlo pero me vine arriba al adelantarlo y aproveché este momento para buscar al que tenía delante que lo veía bien cerca, y en menos de dos kilómetros paso a dos más. Ahora los adelantamientos los hacía yo y me pareció un pasote. Esta sensación me mantuvo unos diez kilómetros con buenas piernas, concentrado y muy positivo. El reloj no encontraba seña gpsl, igual era la zona del pueblo, pero tampoco lo quería que lo buscara porque iba con buen ritmo y buenas sensaciones. Sensaciones que se multiplicaron cuando Campillo me chilla, que mania con chillar, diciendo: VAS TERCERO. No negaré que no me alegré por estar tan arriba y sentir un estímulo de orgullo por irme tan bien, pero también sentí presión por no dejar escapar la oportunidad de terminar en podium. A raíz, de esta noticia se abre una nueva carrera para mí con el objetivo de llegar sí o sí en la misma posición. Las fuerzas que me quedan son muy justas y las piernas las tengo muy fatigadas pero la ilusión por terminar esta competición son inmensas. Es ahora cuando comprendo las palabras de Campillo de engañar a la cabeza. Y es así, como pude terminar mi primer triatlón distancia medio ironman, engañando a la cabeza a que no pensara en negativo y en dolor.

    La posición final nunca me la hubiera imaginado, pero aprendí dos buenas cosas de ete día; 1) no estoy  tan blando en bici como yo me creo , y 2) la carrera a pie es la que decide las pruebas y hasta que no se pasa la meta todo puede cambiar radicalmente.
   

lunes, 14 de julio de 2014

El Semanal

    Hoy escribo el resumen de la semana, como la excepción que confirma la regla, porque ayer domingo no había muchas ganas después de la paliza de coche, avión y viaje.
     La semana giró alrededor a mi primer triatlón distancia medio ironman, que se celebraba el sábado, por lo que partí la semana en dos bloques bien diferenciados: a) Lunes y Martes doblando deportes con series aeróbicas y b) Miércoles, Jueves y Viernes días con alguna serie de calidad pero practicando sólo una especialidad para llegar lo más fresco y descansado a la prueba.

    En la piscina me planifiqué las sesiones de más a menos metros, del lunes 3.500 mts al viernes 2.000 mts. La bicicleta sólo la pillé martes y jueves,y además sesiones no muy largas, para no acumular fatiga a las piernas y, sólo corrí un día porque el test que hice con el grupo de Esteban me dió mucha confianza en esta disciplina.

    Natación: 12.000 metros de natación repartidos en 4 sesiones de piscina (como objetivo encontrar las mejores sensaciones de nado para el sábado).
    Bicicleta: 105 kilómetros en dos salidas (ahorrar piernas para la carrera).
    Carrera: 35 minutos en un único día (al haber terminado con tan buenas sensaciones y confianza el test con Esteban, decidí poner el modo ahorro) .

    Ya se habrán dado cuenta que esta semana de competición brilla por el descanso y sesiones no muy intensas. El objetivo no es otro que presentarme al triatlón lo más fresco, confiado y motivado para hacerlo lo mejor posible.

miércoles, 9 de julio de 2014

Allá vamos

    Con motivo de ir adquiriendo experiencia para el gran reto del 2014, éste fin de semana debutaré en la distancia de Half en Riaño (León). No soló será mi primer contacto en un Half (1,9 mtos natación - 90 kms bici y 21 carrera a pìe) sino que además me servirá, como un gran test, para ir conociendo los grandes esfuerzos que implica una competencia de unas 5 horas de duración.
  
   La preparación para septiembre pasa por ir quemando etapas y sumando pruebas a las piernas y, la del sábado es perfecta porque cumple los objetivos de una prueba dura por la hora que se celebra que es a mediodía, la localización de Riaño que está a más de mil metros del nivel de mar, el tramo de bicicleta que no está permitido el drafting "chupar rueda" y, para colmo, hay que correr una semi maratón para darlo por finalizado, casi nada.

    El objetivo no es otro que verme en escena en una distancia nueva y poder dominarla para llegar a ser Finisher. Las dudas de si podré bajar de 5 horas, luchar por un gran registro, batallar con los demás de cara a cara o, hacer una media maratón de menos de 1 hora 45 minutos queda al margen de todo, porque lo importante es ser, como dije antes, Finisher y, volver con una lección bien aprendida a la isla que me sirva para el gran día. Esto no implica que vaya a ser conformista en la competición, es todo lo contrario porque lucharé sin ningún prejuicio al ser mi estreno.

   

domingo, 6 de julio de 2014

El Semanal

    Otra semana que llega a su fin, pero con la novedad en la planning de añadir un buen test de carrera a pie en detrimento de un jornada de bicicleta. El test en cuestión ha sido esta mañana en Las Salinas con el grupo de Esteban para pillar confianza para el MedioIronman de la semana que viene en Riaño. Han sido casi 14 kilómetros de terreno muy variado por caminos, arena seca, pista, montaña arriba, montaña abajo y carretera. La finalidad de hoy no era otra que exprimirme con atletas más experimentados que yo y, sobre todo saber cuanto de fuerte tengo las piernas para aguantar la media maratón. Ya una vez terminada la carrera que era el objetivo, me he quitado un peso de encima al sentirme preparado para afrontar los 21 kms. 

    En el medio acuático ha habido sesiones muy dispares como la del martes que fue horrible, y otras mejores donde he podido disfrutar de la natación con series rápidas. Lo destacado, sin duda, esta semana ha sido sacar hacia adelante un día tan difícil como ése.

    Respecto a la bicicleta quité una jornada de pedales a lo que viene siendo la tónica general de cuatro por semana y, pienso que ha sido un acierto porque ya noté el martes calambres entrenando y ayer se me hizo muy dura las tres horas de sesión con una media de casi 32 km/h. Hay que intentar escuchar al cuerpo.

    Natación: 15.000 metros de natación repartidos en 4 sesiones de piscina (contento por saber sufrir y afrontar un día crítico).
    Bicicleta: 238 kilómetros en tres salidas (y doy gracias a que sólo han sido tres y no cuatro porque sino... necesitaba esa jornada de relax)
    Carrera: 150 minutos en tres días (ilusionado por aguantar y responder tan bien al test de hoy)

miércoles, 2 de julio de 2014

Vaya martes de locura

    El día de ayer no fue uno cualquiera en relación a los entrenamientos. Como casi todos los martes primero cae una sesión de natación a mediodía y, a eso de las 18:45 a la carretera con los compañeros a chuparnos dos horas y media de bicicleta.

     El entreno de piscina prometía bien porque el día anterior me encontraba muy fuerte y rápido, además de deslizar y flotar con mucha soltura, por lo que las series que tenía por delante, 2 x (5 x100), serían un buen trabajo que me iba exigir mucho esfuerzo si quería hacerlo como tenía en mente. Después de hacer un calentamiento de unos 2.200 metros, empiezo el turrón con unas sensaciones de nado horribles. No me parecía en nada al Furro que el día anterior nadaba con alegría, fuerza y flotabilidad. ¿Qué me estaba pasando? Lo único que me mantenía en tensión era que sólo iba un segundo más lento a lo marcado, pero no era positivo con mi forma de nadar y las sensaciones que tenía. Hago otra serie más, y mas de los mismo que la primera. Al finalizar la tercera me consigo animar un poco sabiendo que ya sólo me restan dos para terminar con esta agonía. Estaba nadando mal, muy mal, era consciente y no sabía como remediarlo. Como si de un tiempo muerto fuera, la quinta serie trajo 200 metros para suavizar que los aproveche para animarme pero a la vez a cuestionarme porque estaba hoy tan lejos de ayer.

    Termina mi tiempo de recuperación y otra vez al jaleo con las última cinco series de cien. La primera la consigo nadar bien de sensaciones y, además consigo, el mismo tiempo que las anteriores y sin desgastarme tanto por lo que me vengo arriba, pero al mirar el tiempo de la segunda serie me doy cuenta que todo fue un espejismo y que hoy la sensación de nadar torpe, tosco y pesado me va a seguir hasta el final. Es más, pienso en no exprimirme, y abandonar, porque no es mi día y hacerlas tranquilas, pero rápidamente desecho esa idea porque sé que después no me lo voy a perdonar y no estaré orgulloso de mí. Así que no toca otra que aguantar como sea la agonía de las últimas tres series que me dejan muy tocado física y mentalmente para el entreno de bicicleta que hay a las 18:30.

     Ya una vez en la ducha, pienso una y otra vez que mal lo he pasado y que mal iba nadando en comparación con ayer. Y, si tengo que ser sincero, no me apetecía para nadar salir más tarde a rodar con el cansancio mental y físico que llevaba dentro de mí, pero si algo quieres.... algo cuesta. Con todas estas malas sensaciones llega la hora de quedar y mi ánimo sigue un poco tocado pero no hundido. Seguro que la ingesta de carbohidratos en el almuerzo, la siestita de 25 minutos y la buena compañía de Los Fanegas consiguieron animarme y olvidarme del mal trago de la piscina.

     El entreno que tenemos, series de 6 minutos progresivas, no es el ideal, hoy, para mis flojitas piernas pero dicen que la sarna con gusto no pica y, sin darme cuenta y sin buscarlo me encontraba encabezando la grupeta en la primera serie al lado de Fran. Al termino de la misma me siento cansado pero con moral y ganas de afrontar las restantes. La siguiente fue una auténtica osadía porque no dejábamos de pasar relevos y el ritmo era altísimo, pero ahí estaba dando caña con los demas. Pero para caña la 3 serie que con viento a favor nos cruzamos las Salinas (5 kms) en apenas 6 minutos. Campillo empezó muy fuerte y me coloqué detrás de él para darle un relevo pero no tuve cojones suficientes para adelantarle, por lo que Fran saltó a relevarle y yo detrás suya como un piojo, y es que a 55, 57 ó 58 kms/h que íbamos pocos relevos podía dar pero en cambio si podía chupar rueda que ya es todo un logro a esas velocidades. Tras esta cabalgada de cruzarnos Las Salinas en tiempo exprés, toca 4 minutitos de relax que viene otras tres más y, cuesta arriba para Sant Antonio.

     En ese momento ya no me acuerdaba de la mala natación que hice a mediodía. Sólo pensaba en los 18 minutos de esfuerzo que me restaban para llegar a casa y, que iban a ser difíciles porque la compañía de Bernat y Campillo lo demandaban a gritos. Como si fuera un resurgimiento, en estas tres últimas me estrujo más y soy consciente de ello porque noto calambres en los cuadriceps llegando a Sant Josep. Ya ahí mis fuerzas están en el límite, que me descuelgo de mis amigos bajando hacía el pueblo. Una lástima quedarme bajando pero me siento infinitamente feliz conmigo mismo por haber guerreado tanto en un día donde lo fácil hubiera sido ver los toros desde la barrera.