Todos pasamos y tenemos que pasar por pequeños baches que nos hacen definir como las personas que somos hoy en día. Es ley de vida llevarnos algún que otro palo inesperado que nos hace tambalear y dudar de nuestro camino. Pasamos sin darnos cuenta del nirvana al infierno sin saber como hemos llegado. He aquí el éxito de cada uno sobreponernos a los contratiempos inesperados
Apenas ha pasado un mes desde la publicación "El noble arte del Furrambulista", que he descendido sin paracaídas a lo más hondo y oscuro del mar, en dónde explicaba que había encontrado la piedra filosofal del sentirme "equilibrado". Fue una publicación llena de alegría, vida, desafío, ilusión, deseo,,,etc etc. Estaba en un momento de crecimiento, entendiendo todo mi engranaje que me hacía sentir una persona feliz y/o en paz consigo mismo. Miraba hacía adelante con excelentes perspectivas, y con un convencimiento descomunal de estar seguro de cada paso que daba era el correcto. En definitiva, había encontrado esa receta particular que me hacía sentir fuerte para enfrentarme a todos y a cada uno de mis retos.
Esta famosa receta contenía las raciones justas de tiempo de ocio, de escritura, de lectura, de relaciones, de deporte, relax, de pareja y de trabajo. Cada una por sí sola no tiene ninguna fuerza alguna pero sí las aunamos todas en un frasco sale la pócima mágica del equilibrio. Así que son independientes y complementarias todas entre sí. Ninguna puede sustituir la finalidad de la otra porque cada una se centra en ahondar necesidades diferentes.
Mi tiempo de lectura por ejemplo me hace pensar n posibles cambios que puedo adoptar. Mi tiempo de escritura me da la oportunidad de desembotellar mis emociones y/o pensamientos más personales. Mi tiempo de relax me sirve para recuperar la energía para afrontar el día a día. Mi tiempo de trabajo me ocupa un tercio del día a formar parte de una comunidad con un fin en común. Mi tiempo de deporte me desconecta del mundo frenético en el que vivimos y me deja soñar despierto. Mi tiempo de pareja me une más a la persona que mejor me conoce y, que más siente hacía mí. Mi tiempo de relacionarme es perfecto para desarrollarme como individuo y perfeccionar mis habilidades y virtudes.
Definido bien el cóctel del equilibrio, ahora es más fácil saber en que requisito necesito ahondar para reflotar al Furrambulista capaz de no mirar hacia atrás, ni a los demás por mi confianza ciega en cada paso de mi camino.
Me encantó tu mensaje Ele. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo.