Ya empezó la cuenta atrás, el que no se ha escondido tiempo ha tenido. Así que todos los entrenos que me falten no los recuperaré en estos cuatro días que faltan; por tanto hoy he decidido salir otra vez al mar para seguir con la adaptación al neopreno. Lo bueno es que no me ha dejado rozaduras nuevas, pero en cambio me ha costado muchísimo mover los hombros, así que tenemos una de cal y una de arena.
Los inconvenientes que me habían comentado del neopreno son todos certeros, sobre todos las rozaduras del cuello y el cansancio de hombros por la opresión del traje. Las dudas que tenía de mi estado de forma ahora se desvanecen o pasan a un segundo plano, al descubrir estos malos acompañantes de viaje ( rozaduras y hombros). Por todo esto y mas, se espera una dura travesía en agua ibicencas.
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