jueves, 1 de noviembre de 2012

Tal día como hoy.....

    Exacto, hace dos años llegué, bueno llegamos Susana y yo, por ferry a Ibiza después de una odisea de millas naúticas (Gran Canaria- Portimao, dos noches, con parada en Funchal), y una panzada de kilómetros, apróx 1.000 km, desde Portugal hasta Denia con noche en Linares. Todavía recuerdo muy bien, como si fuera ayer, que en el Balearia que teníamos que pillar para ir a las pitiusas bajaban los participantes del Homme de Ferro con sus bicicletas a pie. Creo que era una señal que me habían enviado pero que no supe adivinar, jeje.

   La llegada a la isla se produjo de madrugada pero en vez de llegar a Sant Antonio fue a Ibiza. Allí nos estaban esperando los mejores anfitriones que alguien se puede imaginar (Berta y Dario). Nunca me cansaré de agradecerles todo lo bueno que hicieron, y lo bien que se portaron. Muchísimas gracias pareja. Al igual que recuerdo el momento de subir al barco también me acuerdo del primer despertar en Ibiza. Fue en casa de Dario donde no sólo me sorprendió un Sol radiante de energía, sino también la mezcla de bosque verde que había por los alrededores con el mar de fondo. Sin duda el mejor despertar que pude tener después de tres días de viaje de barco y coche. Fue un despertar tan magnético, místico, sorprendente y esperanzador que dije: "esta isla es increible para vivir". Con el paso del tiempo me olvidé de semejante frase.

   La mañana del día siguiente fue increible y hermosa. Estaba en una ciudad que había estado en el verano del amor, el del 2001, mis amigos saben el porque. Pero todo aquello que desprendía energía, esperanza y magía fue oscureciéndose de una forma apresurada. Mi relación con Susana iba de mal en peor desde que tocamos tierras ibicencas (duramos un año mas). La primera impresión que tuve al despertarme pareció ser un espejismo porque me sentía muy solo (Susana se fue a Barna a estudiar) además estaba viviendo en un lugar frío y oscuro. Era tan desalentador mi situación que a los seis meses realicé una petición de vuelta a Gran Canaria. Tras unas semanas de esperanza donde soñaba con la vuelta a mi tierra, al lado de mi familia, amigos, ambiente... etc etc, la esperada resolución final no fue como uno deseaba. Todo un palo.

   Sin mucho tiempo para pensar, lamentarse o amargarse, llegó el verano con excelentes días soleados al lado de la playa, noches de fiestas con los mejores dj del mundo, visitas de amigos con ganas de conocer la famosa noche ibicenca..etc etc. Con todo esto, llegamos al final del verano con una balanza muy igualada al haber vivido un invierno muy malo y triste pero con unas expectativas muy halagueñas al sentirme cada vez más cómodo, confiado y seguro de mí mismo. Volví a sonreir con más frecuencia, me relacionaba con más facilidad, amplié mi grupo de amistad y retomé el deporte, piedra angular en mi cambio de éstado.

   Al retomar el deporte, he de recordar que practiqué natación por más de 15 años, encontré un camino en el que centrarme y volver a ilusionarme en algo. Primero empecé a correr a pie y a competir en las carreras de los pueblos de los alrededores. Un mundo que me fascinó. Unos meses más tardes, y gracias a la ayuda de mi ex-entrenador Champi, reaparecí por una piscina para desafiarme tanto en travesías de larga distancia (12 km Ibiza Ultra Team y 27 km en la Batalla de rande) como en el Campeonato de España Master de 3.000 metros, donde conseguí el título para el C.N. Portus en la categoría 30-34 años. Y, si dos deportes me parecia poco, me atreví a disputar la carrera de mountain bike más dura de la isla "Sant Josep Xtrem". Ya sólo el nombre te hace tener una idea de lo que te puedes encontrar en los 65 km rompe-piernas.

   Hoy, con dos años más de cuando llegué, con un camino deportivo definido, un grupo de amigo más amplio, unos objetivos ambiciosos, y unas metas por conquistar, puedo decir que me siento un privilegiado por tener tan poco y todo lo que quiero a la misma vez.


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