Una de las primeras premisas para ser una persona alegre, feliz o contenta es la de encontrarse a sí mísma. Puede parecer muy típico o clásico lo que digo pero es cierto porque yo también lo he sufrido en primera persona. Seguro que algunos de ustedes habrá experimentado esa sensación de no estar satisfecho, de faltarle en su vida algo para sentirse realizado como persona y, no me refiero a posesiones materiales.
Esta reflexión la he madurado gracias al último libro que tengo entre mis manos " El monje que vendió su ferrari" y, a los días que estuve de vacaciones en Gran Canaria, la semana pasada, visitando a la familia y amigos. Lo dicho, este ejemplar, me ha reafianzado en el camino que he escogido porque me he sentido muy identificado con tantísimas ideas que expone para obtener una vida mejor.
El camino que yo me he marcado tiene ubicación, Ibiza, y propósito, deporte. Parece muy absurdo y sencillo, pero cuantas veces hemos estado caminando sin tener un rumbo fijo. Yo, ahora, después de 2 años puedo decir que encontré ese CAMINO (lugar y objetivo) que hace que mi vida vaya hacía un sentido concreto y, resulte gratificante todos los esfuerzos que realizo. Olvidemonos de la felicidad de los demás y como la consiguen, para centrarnos exclusivamente en nuestro propósito de buscar ese "camino hacía la felicidad", y no tengamos miedo al que dirán los demás.
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