martes, 13 de mayo de 2014

¿ Qué hay de nuevo, viejo?

    Con el titulo de : ¿Qué hay de nuevo, viejo?, al estilo Bugs Bunny, retomo el blog después de una ausencia de un año más o menos sin sentir nada especial deportivamente para contar. La verdad que no lo hechaba en falta, escribir en el blog, porque no tenía ningún reto que me fuera una experiencia vital, aunque hubo muchas pruebas duras y complicadas como: Ultraswim, travesía de 30 kms entre Formentera y Sta Eulalia, Media maratón acuática ( 21 kms) de Isla Tabarca a Alicante o, los 30 kms en el río Ebro. Además, estas tres pruebas fueron en el mismo verano por lo que se añade un poco más de dificultad, pero la verdad que no me terminaban de saciar. Por lo que este año he decidido dejar de lado el mundo acuático de travesías y centrarme al no menos deporte de sacrificio, dedicación y esfuerzo del Triatlón
 
    En el verano del 2013 ya tuve dos participaciones en triatlones de montaña, en donde se sutituye la bicicleta de carretera por la mountain bike. Desde el momento que me apunté a estas competiciones volví a sentir esas ganas, ilusiones y sueños que antes tenía cuando competía en natación y, que ya no lo sentía de ninguna manera, por esta razón tan aplastante y obvia mi divorcio con el agua era cuestión de tiempo.
 
    Recuerdo en el transcurso del triatlón de Salinas, justamente encima de la bicicleta, que pensaba que no estaba preparado para un deporte tan exigente con transiciones y adaptaciones en pocos minutos de otras disciplinas tan dispares como es la natación, el ciclismo y el atletismo. También pensé, en la bici, de bajar el ritmo y tomarmelo con calma pero ya me había atrapado la adrenalina del nuevo deporte, y sólo quería correr hacía adelante sin cesar. Sin darme cuenta no sólo estaba compitiendo sino que estaba cerrando una etapa de más de 15 años de nadador y, abriendo un nuevo libro vacío y con hojas limpias llamado Triatlón.
 
    La comunión con este deporte era ya casi total una vez probado el placer de terminar una prueba. Ya sabía como se sentía un finisher y me encantaba, quería sentirlo otra vez. Por lo que miré la siguiente prueba y pude comprobar que estaba enganchado a este nuevo deporte. Así que dejé el bañador de Weismuller a un lado y, cerré por siempre el maravilloso libro de la Natación.
 
    Se cerró una etapa muy bonita pero se abre otra no menos encantadora y llena de nuevos y complicados retos como el Ironman.

1 comentario:

  1. Encantado y contento de que vuelvas a tener retos. Sigue adelante que lo conseguirás y siempre estaremos aquí al otro lado para seguir apoyandote.
    Suerte y a correr en bici y a pie porque lo que es nadar en un plis plas lo haces.
    Besos

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