"Hay tiempo para todo", esta frase me la repitió hasta la saciedad mis padres para que aprovechara el tiempo y así pudiera planificarme los días entre los entrenamientos, los estudios, las clases y, sobre todo, el que perdía haciendo boberías.
Gracias a esa lección aprendida, actualmente, sé planificarme la semana para no desaprovechar mi tiempo. Un claro ejemplo de lo que hablo es en la planificación de estos 7 días. En esta semana tengo que nadar 5 sesiones y, lo tengo que administrar con los 5 días laborables que debo de ir a trabajar, además de viajar a Madrid de viernes a domingo.
Ha sido muy fácil organizarme: nadando, una sesión, de lunes a jueves y, para mañana domingo dejar el último entreno de la semana. Así he podido hacer todos los entrenamientos, y he aprovechado el fin de semana para escaparme a la Capital con mi padre para ver al Real Madrid en el Bernabéu.
Pienso que un deportista, por lo que yo he sido, debe tener suficiente cabeza para planificarse su tiempo y, así poder gestionar bien el balance entre entrenamiento/actividades lúdicas, que no siempre tiene que ganar el primero. Es decir, tenemos y debemos de concedernos recompensas o, como lo llamo yo, balón de oxígeno que sirve para salir de la rutina diaria de trabajo con el consiguiente estímulo emocional y, así no caer en el aburrimiento y falta de motivación.
Por tanto no debería ser todo madrugones, trabajo, esfuerzo, responsabilidades... etc etc. Hay que dejarnos y, sobre todo, saber disfrutar de nuestro tiempo de ocio fuera del entrenamiento y del trabajo.
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