Los fines de semana ya no son como hace unos años que los aprovechaba para, no hacer nada, reponer fuerzas para los siguientes siete dias que se aproximaban. Después de cuatro sábados participando en distintas travesías (11 km, 1,5km, 3km y 4km), éste es el primero que tengo libre referente a competiciones. Así que hoy lo he aprovechado para salir con la bicicleta de carretera, con el grupo de triathlón de mi amigo Lucas, durante 3 horas. Se me ha hecho bastante duro porque no estoy acostumbrado a pasar tanto tiempo sentado dando pedales, pero a la vez muy contento por haber aguantado el ritmo que llevaban de 28km/h de media.
Ahora me nutriré de un buen plato de carbohidratos (pasta), que lo necesitaré, para afrontar esta tarde el último entrenamiento, 4.500 metros, de natación de la semana. Será el último esfuerzo antes de dar paso a la vida social y de ocio, tan necesaria para desconectar de los sacrificios que se hacen de lunes a viernes.
El plan que hay organizado, para descansar la mente y sociabilizarse, comienza esta noche con la cena del grupo de Lucas para celebrar el triunfo que tuvimos en la edición del Ultra Team y, el billete que obtuvieron en Lanzarote la semana pasada Dani y Campillo clasificándose para el Ironman de Hawaii, después de 9 horas 50min. y 9 horas 55minutos respectivamente. Felicidades máquinas.
Pero como el fin de semana no llega a su fín hasta que pase el domingo, mañana se hará un esfuerzo para ir al Opening del Space, ya que tenemos entradas gratis y, es una oportunidad que no se puede desaprovechar aunque sea tu único día de descanso total.
Ahora los fines de semana me desgastan tanto o mas como los días entre semana. Si no es una travesía, es un duro entreno de bicicleta o, una salidita a esas megadiscotecas que han encumbrado a Ibiza como una de las pricipales capitales del ocio nocturno. Es cierto, mis fines de semana han cambiado y lo agradezco porque hay tiempo para todo.
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