De Guatemala a.......Guatepeor

     El titular lo dice todo. Lo puedo decir más alto, o escribirlo en mayúsculas, pero no más claro. Hoy volví a los entrenos de natación con la premisa de parar en el momento que sintiera dolor. La idea era nadar unos 2 kms de forma variada para no forzar la zona sobrecargada y, para eso mezclé nado de crol con técnica, y con pies. El resultado de la sesión de hoy se puede decir que fue un éxito, porque conseguí nadar dos mil metros variados sin más daño del que tenía antes. Hasta aquí tuto bene.

      El problema vino cuando decidí ponerme las zapatillas para hacer un trabajo aeróbico de carrera contínua. Al principio lo intenté con la elíptica del gimnasio, que para un patoso como yo es una herramienta fantástica por la mínima dificultad que existe de lesión, pero casualmente estaban todas usadas. Así que no se me ocurrió mejor idea que la de subir al campo de fútbol 7, que estaban unos amigos estirando, para correr aunque solamente fuera 20 min. Al principio, fantástico porque Raúl me acompañó e íbamos de palique muy fácil. Al rato mi compañía se va, y yo decido quedarme un poquito más que tengo muy buenas sensaciones corriendo sobre césped artificial. Esta alegría no me dura más de 7 minutos porque desafortunadamente meto el tobillo en el hueco de una canaleta. Si ya es mala suerte torcerte el tobillo de esta forma, que me ocurra en el mismo tobillo que me torcí a finales de agosto, ya es para pegarme un tiro.

          La alegría inicial de la sesión de agua, al final se difuminó por la metedura de pata en la jodida canaleta. Normal. Imagínense que estoy terminando de recuperarme de la sobrecarga de cuello y, ahora me fastidio un tobillo que llevaba un tiempo renqueante. No es que sea exigente pero estos detalles son los que desafortunadamente, me ocurren y, lastran las fuerzas e ilusiones.

          En definitiva, que es ahora cuando tengo que empezar a realizar esos cambios de actitud del "LqL", basado en el famoso dicho "erre que erre" que tan bien expliqué estos días pasados, para afrontar estas situaciones adversas que antes me debilitaban y minaban el ánimo.