El día de hoy no ha sido, para nada, lo que tenía planificado en referencia al deporte. Al terminar el entreno de ayer noté unas molestias en las cervicales, que con hielo y antiflamatorio durante la tarde se disiparon y, ya esta mañana me levanté mejor como para ir a la piscina a nadar.
La idea era hacer 6 de 500. Una sesión aeróbica sin nada de intensidad donde primaba el nado fácil y técnico. Las dos primeras fueron para calentar. En la tercera que iba a hacer estilos cambiando cada 25 sentí un fuerte dolor en el cuello que me tiraba el trapecio e incluso el tríceps. Me sentí bastante preocupado porque nunca había experimentado semejante dolencia y, menos nadando que lo he practicado toda la vida.
Ante tal situación, me salí del agua y wasapé a Raúl (clínica Córpore) para que me viera. Algo de suerte tuve porque aún le quedaba un hueco libre para que me trataran y, la verdad es que se notan las manos de la fisioterapeuta. El diagnóstico no es otro que una fuerte sobrecarga que se soluciona con descanso.
No siempre salen los planes como uno piensa pero es preferible parar y, recuperar bien que ya hay muchos días para entrenar duro y sin dolencias. Días como estos hay a patadas y hay que vivirlos como parte de la planificación de una temporada. No siempre va a salir todos los entrenos a pedir de boca, sino sería todo muy fácil y sencillo, no?. Sería matemáticas. Así que lo recomendable es descansar y volver recuperado que esto es un muy largo como para bajar la cabeza.
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