Como suele ser normal en la rutina de un triatleta, el domingo es la segunda salida del fin de semana en bici. En cambio, hoy no tuve la compañía de ayer y me tocó dar pedales solo. Tampoco me puedo quejar mucho, porque fue una sesión de algo menos de dos horas con la finalidad de ir sumando kilómetros y trabajar la capacidad aeróbica. Encima no hacía viento y el día estaba perfecto de humedad para rodar.
Hoy noté un poquito el cansancio o la fatiga, de ayer, al salir de casa, Parecía como si las ruedas fueran cuadradas porque me costaba avanzar. Esto suele ser algo normal porque necesito un tiempo de calentamiento hasta que el cuerpo rompe a sudar, que es cuando empiezo a sentirme más cómodo pedaleando. Es lo que tiene el período de pretemporada y, sobre todo, el estar verde, jejeje.
El objetivo de este fin de semana está conseguido con ambas salidas, y es un lujo poder sentirme bien después de tantos días de dolores y sesiones controladas para no aumentar el desafortunado informe médico, jejeje.
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